Años más tarde, Heródes Ático erigió en el siglo II d.C. un nuevo edificio hecho con mármol pentélico para el conocido Festival Panateneo. Se trataba de un estadio romano con un extremo semicircular y los laterales curvos. Tras varios años de abandono, en los que se usó como cantera para extraer su valioso mármol, Ernst Ziller lo excavó entre 1869 y 1870. Anastasios Metaxas llevó a cabo la restauración gracias a las donaciones de George Averoff. Las obras se completaron en 1896, justo a tiempo para la celebración de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna.
La pista ovalada cuenta con una capacidad para 50.000 espectadores. Mide 204 metros de largo por 33 metros de ancho. En ella tuvo lugar la carrera de maratón en 1896 y el ganador fue el griego Spyros Louis. Fue también allí donde se escuchó el himno olímpico por primera vez. Tenía letras del poeta Costis Palamas y música del compositor Spyros Samaras.
Visitar el Estadio Panathinaikó
Es posible ver el Estadio Panathinaikó desde fuera sin pagar; pero también cabe la posibilidad de acceder al mismo. La entrada incluye audioguía y la posibilidad de correr en la pista; también acceso al museo multimedia y un recorrido por todo el área. El billete de acceso cuesta 5 euros; la mitad en caso de ser reducida y gratis para niños menores de 6 años y personas con minusvalías. Se puede encontrar más información en la página web del Panathenaic Stadium.
Para llegar al mismo usando el metro, la opción más cercana es la Plaza de Syntagma. Andando desde la misma hasta la Avenida Vasileos Konstantinou se puede tardar entre 5 y 10 minutos. También cabe la opción de llegar en autobús. Hay una parada frente al estadio, líneas 2, 4, 10, 11, 209 y 550.